Aquí os dejamos un artículo realmente interesante que seguro que podemos
aplicar no sólo a nuestros hijos, sino también a nosotros mismos.
Algo está robando el sueño a los
adolescentes, pero el remedio es sorprendentemente sencillo.
Los móviles con
conexión a la red son la causa de que los jóvenes descansen menos tiempo.
¿Qué podía haber elevado la
falta de sueño en este grupo de edad a esos niveles sin precedentes? Algunos
factores se pueden descartar con facilidad. Por ejemplo, vimos que el tiempo
que los adolescentes pasaban trabajando, haciendo deberes y participando en
actividades extraescolares había permanecido estable a lo largo de esos años.
Sin embargo, entre 2012 y 2015
se había producido un cambio importante en sus vidas: más chicos y chicas
tenían móvil propio con conexión a Internet.
Empieza sirviendo como despertador…
En nuestro análisis
comprobamos que la probabilidad de que los que pasaban más tiempo conectados a
Internet o a las redes sociales durmiesen menos era mayor. El tiempo que
dedicaban a ver la televisión guardaba una relación mucho más débil con la
reducción de las horas de sueño, y los que pasaban más tiempo cara a cara con
sus amigos o practicando deporte o ejercicio, dormían más.
En cambio, de sus diversas
actividades, el tiempo de conexión a la
Red había aumentado en la década de 2010 y además guardaba
relación con la reducción de las horas de sueño, lo cual lo convertía en la
causa más probable de la falta de sueño. Los chicos y chicas de 17 y 18 años –
que pasaban
más tiempo conectados a Internet que los adolescentes más jóvenes– eran
también los que dormían menos. En 2015, la mayoría –el 51%– durmieron menos de
siete horas casi todas las noches.
La relación entre el tiempo de
conexión a internet y la falta de sueño era considerable. Pasar cinco horas o
más al día en la Red
(en comparación con una hora) aumentaba el riesgo de dormir poco en más de un
50%. Pasar tres horas al día (también en comparación con una hora), aumentaba
el riesgo en casi un 20%.
Los
smartphones –
un
aparato del que, a finales de 2012, disponía la mayoría de estadounidenses–
permiten tener acceso móvil e inmediato a Internet. En un análisis como este es
difícil demostrar cuál es la causa y cuál el efecto, pero parece mucho más
probable que el aumento del uso de esta clase de teléfonos móviles por parte de
los adolescentes entre 2012 y 2015 tuviese como consecuencia la falta de sueño
que al revés.
¿Por qué los móviles con
conexión a la red son la causa de que los adolescentes duerman menos? A
diferencia de otros aparatos electrónicos, como los televisores y los
ordenadores portátiles, los smartphones (y las tabletas) son fáciles
de llevar al dormitorio y de tener en la mano mientras estás en la cama.
Los especialistas en sueño coinciden en que los
adolescentes necesitan como mínimo nueve horas de sueño nocturno. Sin embargo,
en 2015, el 43% de los jóvenes respondieron que la mayoría de las noches
dormían menos de siete horas
La mayoría de los estudiantes
que entrevisté para mi libro iGen me dijeron que, en parte, dejaban el
móvil a mano mientras dormían porque lo utilizaban como despertador.
Muchos me dijeron también que,
por la noche, lo último que miraban antes de dormir era el móvil. Ahí está el
problema, ya que responder mensajes y subir y bajar por las redes sociales es
mental y emocionalmente estimulante, lo cual
produce
alteraciones del sueño. Otros me contaron que, cuando se despertaban en
plena noche, echaban mano al móvil, muchas veces por pura costumbre.
Y eso si los jóvenes hacen
siquiera el intento de dormir.
Un
estudio de 2014 demostró que el 80% de los adolescentes reconocían que
utilizaban el móvil mientras se suponía que estaban durmiendo, una práctica
denominada a veces “vampirismo”. Algunos afirmaban que se quedaban en vela la
mayor parte de la noche mientras sus padres creían que dormían.
Algunos límites sencillos
La falta de sueño puede tener
consecuencias graves para los adolescentes.
Cuando estaba llevando a cabo
la investigación para mi libro, descubrí que los adolescentes de la generación
con conexión móvil a Internet tenían más probabilidades de estar
deprimidos
y ansiosos que los de generaciones anteriores. Si los smartphones son la causa
de que los adolescentes duerman menos, y dormir menos provoca depresión, puede
que la falta de sueño explique por qué la depresión entre los adolescentes
aumentó bruscamente a partir de 2012, justo cuando se generalizaron los
“teléfonos inteligentes” y la falta de sueño empezó a aumentar entre este grupo
de edad.
En cambio, limitar el uso del
móvil antes de irse a la cama es una estrategia que se puede poner en práctica
de manera inmediata (lo ideal es que lo haga toda la familia, adultos
incluidos). Una
norma
que diga “nada de móviles en el dormitorio después de irse a la cama” puede dar
buenos resultados. Si su familia utiliza el móvil como despertador, compre
despertadores baratos; instale en los móviles una aplicación que los apague a
determinadas horas o deje los móviles y las tabletas en otra habitación durante
la noche; invite a leer un libro, darse un baño o escribir un diario antes de
irse a la cama.
Sus hijos adolescentes
probablemente dormirán más, y tal vez se encuentren mejor y sean más felices.